viernes, 8 de mayo de 2020

Comenzamos

    Este curso comienza con la ilusión de poder ampliar nuestro huerto. De momento empezamos a acondicionar los cajones que tenemos y a hacer las primeras plantaciones del huerto de invierno: coliflores, coles, acelgas, habas, lechugas, guisantes, cebollas y remolacha.
También conservamos algunas plantas de la pasada temporada (berenjenas y tomates) y varias aromáticas, entre ellas romero, lavanda y hierbabuena.














     Es importante decir que en el mantenimiento y cuidado de nuestro huerto no se utiliza ningún tipo de producto artificial, ya que lo que pretendemos es enseñar y dar a conocer los beneficios que aporta la agricultura ecológica, tanto para nuestra salud como para el medio ambiente.

     Es por ello que este año hemos puesto en práctica algunas "recetas", aprovechando el crecimiento en nuestros cajones de cultivo de algunas mal llamadas "malas hierbas" como son las ortigas.
Nos dimos cuenta que en algunos cajones estaban creciendo bastantes. La mayoría de nosotros las conocemos bien porque nos han picado ¿verdad?; esto es debido a que sus hojas y tallos están cubiertos por unos pelos muy finos y huecos llenos de líquido urticante que cuando se clavan en nuestra piel producen fuerte picor y escozor.




     A algunos grupos os pedimos que buscarais en internet la utilidad de esta planta y para nuestra sorpresa encontramos varias: la ortiga tiene un uso medicinal para curar enfermedades de la piel, tiene propiedades antiinflamatorias y analgésicas, entre otras. También tiene un uso alimentario y en jardinería se usa para la elaboración de un purín que fortalece las defensas de las plantas  (sirve como repelente contra algunas plagas como pulgones, mosca blanca...) y también estimula su crecimiento . Y esto último es lo que hicimos.

     El procedimiento es muy sencillo: se recogen las plantitas de ortiga limpias de tierra y se ponen en un cubo, se cubren con agua y se tapa para que no caiga suciedad ni le de el sol. Cada día se destapa y se mueve la mezcla con la ayuda de un palo. A medida que van pasando los días vemos que se forman en la superficie unas burbujitas, y también que desprende muy mal olor; eso es que las bacterias están haciendo su trabajo de descomposición. Pasadas dos semanas las plantas casi están descompuestas y apenas se ven unos tallos sueltos en el purín.


     Echamos un poco del purín en las regaderas con agua y regamos las plantas. También pulverizamos algunas como las coles para comprobar si es eficaz contra la mariposa blanca de la col que ha sido otro descubrimiento de este curso. Cuando algunos de los grupos realizaban tareas de riego y limpieza de los cajones de cultivo, lo primero que  comprobaron es que las hojas de algunas coles estaban comidas, con agujeros y pronto se dieron cuenta que eran las orugas las que las devoraban. Las quitamos cuidadosamente con guantes y las depositamos fuera de los cajones, pero  no servía de mucho porque  días después aparecían más y vuelta a empezar.
No sabíamos cómo aquellas orugas habían llegado allí, y por qué estaban solo sobre las hojas de las coles y no sobre otras plantas. Así que nos pusimos a investigar.


Mirando mejor nos dimos cuenta que en algunas hojas había pequeñas manchas de color anaranjado.


     Después, aparecían orugas muy pequeñas que después de alimentarse crecían en pocos días. Entonces buscamos información  y encontramos la respuesta. Aquellas orugas nacían de las larvas anaranjadas que son los huevos que deposita la "mariposa blanca de la col". Muchos os sorprendisteis y lo siguiente fue comprobar si realmente una mariposa blanca revoloteaba sobre los cajones del huerto.



     Pronto lo descubristeis, la mariposa había estado allí varias veces colocando sus huevos sobre las hojas de las coles pero ni siquiera nos habíamos dado cuenta de su presencia. Cuando al fin la visteis, vuestra primera reacción fue intentar alejarla, pero nuestra curiosidad nos llevó a dejarla y ver cómo ponía sus larvas. Así aprendimos cómo es el ciclo de vida de una mariposa.


     Otra de las actividades que hemos realizado durante este curso ha sido la de reconocimiento e identificación de plantas, sobre todo aromáticas.
     Además de saber identificar las  verduras y hortalizas que plantamos, es importante identificar todas sus cualidades: color, textura de las hojas y aroma. Tomamos una muestra de seis plantas de las que tenemos en el huerto: lavanda, romero, hierbabuena, tomillo, apio y hojas de tomatera que también desprenden un olor muy característico.
     Primero las cogemos, tocamos percibiendo su textura, identificamos algunas con flor, las olemos. Después con los ojos cerrados las tenemos que identificar por su aroma. Hay que decir que esta actividad se os dio bastante bien y la mayoría consiguió identificar perfectamente todas las plantas.


     Las primeras recolecciones fueron lechugas ya que son las plantas de crecimiento más rápido que tenemos en nuestro huerto. Y de cómo llegaron a la mesa y se convirtieron en una rica ensalada...